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Andres Vancook

¿Eres víctima de un ciber ataque o de una blasfemia digital? No te preocupes, ocúpate en leer con atención este pequeño manual de supervivencia.


En tiempos donde los cobardes se esconden tras el anonimato y los débiles pretenden ganar a la mala atención, las redes sociales son el nicho ideal para este sector marginado y poco creativo. Es la clase de cosas de los frustrados que miran desde la oscuridad con odio y rencor el brillo de las almas que sin siquiera voltear a verles los deja ciegos y de rodillas ante la impotencia de dolor.


Desde hace muchos años trabajo en y para estas redes, participando en aras como seguridad o protocolos de respuesta ante ciber ataques. Conozco hackers y técnicos especialistas en ingeniería y desarrollo de nuevas tecnologías, por tal motivo se reconocer el campo del cual quiero profundizar en este artículo.


Está claro que se puede escupir sobre el nombre de cualquiera, con mucha facilidad se pueden crear perfiles falsos, participar de grupos en redes sociales o interactuar de manera pirata a través de todas las plataformas. Tengo dos libros sobre este tema social, en uno de ellos relato de qué manera se puede duplicar a una persona de manera digital, generando incluso un contenido espejo de lo que un ser humano publica a miles de kilómetros de distancia. También de como poder generar una fake news, aunque es un tema cada vez más consiente para la sociedad, quien puede investigar con facilidad sobre la fiabilidad de las fuentes a través de un conocimiento básico de Google.


Claro, se puede utilizar algunas técnicas básicas de penetración de un mensaje falso a través de simples tretas de Whatsapp, esto en cualquier sociedad o círculo donde existan grupos de noticias o de información. Imagina lo siguiente:


* Llegas a la ciudad de Bogotá, creas sitios de noticias a través de páginas de Facebook sobre Bogotá. Estableces un mínimo de contenido y compras un chip de celular. Luego consigues te pasen el número de los administradores de grupos de noticias, de grupos gubernamentales y de algunos grupos de periodistas locales. Esto puede llevar unas semanas, pero nada imposible.


Una vez dentro interactúas desde el anonimato o bajo un perfil bajo, aunque falso también.

Hasta que en un momento, con algunos perfiles falsos de youtube plantas una noticia falsa, y la comentas a manera de combustible inflamable en algunos grupos dentro de la red de la F. Posteriormente con tus mismos perfiles falsos alimentas el odio o el ataque sobre la noticia. Eso se expande con facilidad. Sumado a que puedes tomar capturas de pantalla de la farsa y comenzar a difundirlo tímidamente y a manera de apoyo en los grupos antes creados en Whatsapp. De esta manera estarías generando ruido mediático sobre el tema que estás tratando.


Obviamente, ningún medio con mediana cordura se aventaría a compartir una noticia alocada o que los exponga directamente a una demanda por parte de los involucrados, pero si existe la posibilidad de que el ruido mediático genere algo de polvo sobre el ambiente.


Estoy tratando de simplificar un tema muy complejo y digno de análisis por parte de las autoridades que regulan las leyes y de la policía cibernética de cada estado o país del mundo.


Aunque la mayoría de las veces es rastreable el inicio de las Fake News, los mismos sistemas de inteligencia artificial bloquean o borran el contenido antes de que se pueda detectar o intentar rastrear el origen del mal “siempre hay maneras”. Aunque el objetivo puede estar con maldad planeado para ser contenido malicioso difundido en círculos pequeños, como decía anteriormente, generar un impacto micro viral por una red más cerrada como lo es Whatsapp.


Pero como dice el refrán: HAZ EL BIEN SIN MIRAR A QUIEN, y uno que en particular me gusta mucho y manejo como filosofía de vida hace muchos años, SER BUENO ES BUEN NEGOCIO.


Lo demás son platicas y habladurías en medio del universo extendido que es la red de redes, navegando en un mar de información, con Tsunamis de redes sociales.

La recomendación si usted es víctima de un ciber ataque, acoso, bullyng o venganza cibernética, primero mantener la calma, no entrar en pánico es la clave para iniciar el camino a la normalidad.


Entender que detrás de muchos de estos movimientos enfermizos, tienen como premisa quitar o desviar la atención del afectado, alterar la paz, infiltrar datos falsos o desprestigio (cosas que ya están normalizadas y juzgadas por la justicia en caso de comprobarse el origen y los responsables) y sobre todo, en la mayoría de los casos se pretende obtener un lugar, que el mismo sistema se los impide y el karma jamás se los permitiría disfrutar.


La respuesta ante un ataque moderno es el análisis, la medición y alcance, el control de daños, el estudio del panorama en 360 y si se logra concretar la des fragmentación y origen de los mismos, el encontrar ataque siempre debe ser, como son los verdaderos momentos de la vida resumidos en aquella frase que mi padre me repitió tantas veces: LA VENGANZA ES UN PLATO QUE SE COME FRIO.


Éxito, honor y mucha paz en tiempos de pandemia. Salud para todos.



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