top of page

Lo que era gracioso es ofensivo, no se puede hacer una broma porque se pre supone que detrás de una broma la verdad se asoma. La puerta de la opinión púbica parece estar abierta y se están metiendo todos los conceptos, frustraciones, rencores, agazapados y justicieros que nunca.


Las redes sociales aparecieron con la máscara de la libertad de expresión para mostrar su rostro, el de un monstruo cibernético alimentado por inteligencia artificial, el cual puede no solo vender, estudiar y difundir a gran velocidad, sino que también es severo, tirano, implacable, censurador y con muy buena memoria.

Muchas personas sueñan con ser virales mientras otras pagarían hasta su último centavo por dejar de serlo. Muchos quisieras que no se filtre en las arcas de la poderosa red sus secretos, a la vez de que se generan nuevos escondites, cuevas informáticas para tapar algunos secretos muy profundamente.


Somos intolerantes. Nos convertimos en temerosas ardillas que se esconden por miedo a opinar y ser juzgados. No se tratarán nunca más los temas incómodos, ahora se silencia y se juzga. No se tiene flexibilidad para el humor, se está convirtiendo todo en un panorama serio y asexuado. Por un lado es la plataforma para gritar a los cuatro vientos las preferencias más íntimas y difundir como un logro las preferencias personales, pero por otro lado se silencia, se ataca, se bombardea a todo aquel que opine lo contrario. Eso no es avance, es solamente hacer el mismo daño que se hizo toda la vida pero a la inversa. Y como lo cuenta la historia, las cosas tarde o temprano salen a la luz y pueden revertirse, porque la represión solo causa eso, enojo y silencio pero nunca olvida.


La vida es vida aunque la inteligencia artificial nos estudie tanto hasta igualar la capacidad del razona miento humano. Porque algo es cierto, las maquinas ya nos superan en todo, corren más rápido, calculan más rápido, hacen trabajos que la fuerza humana no podrían siquiera asemejar, pero la capacidad de amar todavía no se puede manifestar en un abrazo virtual.


Llegará el día que la gente se pregunte:


¿Qué fue primero la maquina o el hombre?

Espero que para ese momento ya esté resulto el enigma de la gallina y el huevo.


Somos seres cada vez más frágiles, no queremos hablar ni del color de piel ni hacer un chiste que pueda resultar ofensivo. Ahora todo tiene un nombre técnico elitista, que sirve como bandera para juzgar cualquier cosa, aunque eso no sirva para resolver nada ni aporte a un verdadero cambio.

Da la impresión de que ahora hay un gran juez, un mago de Oz controlando la maquinaria de los pensamientos, el cual acepta con una sonrisa la represión del ser y el auto control, pero no olvidemos el punto de que no por callar el silencioso no está pensando en su próxima jugada.


Porque si algo nos caracteriza al humano y su cerebro estructurado entre lógica y anhelos es que siempre buscamos como resolver el crucigrama, encontrar la salida del laberinto o como meter el balón en la portería contraria.


Estoy convencido de que esta es la oportunidad de contra ataque de todos los que no encontraban como sacar sus frustraciones y enojos por represión, los que están protegidos por el manto de la ciber policía que todo lo ve, todo lo revisa, todo lo supervisa a través de sus mega filtros rigurosamente programados para censurar.


Aunque es más fácil he injusto de que se censure un pezón y se bajen las fotos con infracciones a quienes las subieron, a que se quiten de la red las fotos de una víctima de exposición involuntaria.


Quizás no es tan inteligente ni tan artificial. Las principales redes se debaten entre la libertad y el comercio o la represión y la limitación de interés o recursos. Es difícil de asimilar, porque los usuarios suelen pretender libertad, mientras que temen que otros usen esa libertad para exponer alguno de sus secretos incómodos o simplemente su intimidad.


Así como aplaudo muchos movimientos brillantes propulsores de cambios necesarios para el crecimiento social, también veo con un poco de asco el crecimiento de movimientos a mi ver innecesarios que podrían estar causando un daño irreversible a una sociedad desactualizada y creyente de que está en el punto de maduración de su universo tecnológico.


No olvidemos que detrás de la inteligencia artificial hay humanos marcando los limites, pautas y direcciones que a su ver son la realidad. Su inteligencia.


No todos vemos el mundo de la misma manera ni todos podemos ser parte de ese agente de cambio a través de las principales plataformas de la comunicación en la actualidad. Más informados y menos comunicativos. Más seguros y más inestables. Más participantes y menos creyentes. Víctimas de la tecnología y la intolerancia.




bottom of page