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YA APLAUDIMOS A MÉDICOS Y ENFERMER@S, a muchas personas que aportaron ayuda, ideas y seguridad en momentos complicados como los que hemos vivido en este año, pero hoy toca aplaudir a los otros héroes, LOS EMPRESARIOS. Los micro, los macro y los que se la jugaron contra virus y marea.

Aplaudo de pie a esos empresarios que se tocaron el corazón y aun estando desamparados estiraron la mano por sus empleados.

Una mano es más que es, es una comida para una familia, una esperanza cuando todo se pone oscuro, cuando aparece el miedo.

Esos empresarios que vieron caer la noche, mientras las semanas más duras llegaron y la incertidumbre no fue resuelta por un gobierno que no acudió a su rescate.

Por esos hombres y mujeres que vieron llegar la renta, la luz el agua y la nómina y se sintieron con un nudo en la garganta, pero aun así sobrevivieron y pelearon hasta sacar la cabeza debajo del agua.

Los empresarios son los que mueven al país. No los mueve ningún discurso, ninguna promesa, ningún sueño o fantasía. Un país se mueve por esos empresarios que apuestan, no duermen, abren puestos de trabajo para personas que lo necesitan.

Y todo eso se traduce en... dan esperanza y comida en las mesas.

Aplaudo a los empresarios porque mientras los hospitales se llenaban, los médicos no dormían, el sistema de salud se preparaban, ellos seguían pagando impuestos, depositando su dinero para que todo lo demás siga funcionando.

Aplaudo FUERTE a esos empresarios que rodeados por la crisis pensaron en otros, buscaron alternativas para no correr gente, para ser tan humanos que hasta sacaron de sus ahorros para aguantar el diluvio mientras sus empresas sangraban a chorro suelto.

Empresarios, emprendedores que hacen un país próspero o miserable. Que aportan calidad y seguridad a la sociedad. Personas que no se quejan tanto y hacen mucho.

Aún sin salir de la pandemia ellos ahí están. Pensando, durmiendo mal, mirando tres veces cada número, escuchando mil historias de seres humanos que con miedo buscan refugio en la empatía de sus patrones.

Muchos caen durante esta batalla injusta, capítulo de un destino que se ensañó con la vida. Muchos volverán.

Porque el emprendedor siempre emprende y comprende que el buscar los negocios es un arte de vida. Solo lo entiende el que lo práctica o lo contempla.

Gracias a todos y todas las empresarios de aquí y de más lejos. Aplausos.



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