Un año helado, tan frío que casi nos acostumbra a la muerte. Se perdió el asombro, da lo mismo 1 que 100 mil. No se nombran culpables (aun) pero se teme que esto haya sido armado, pensado y mal intencionado. En resumen, es un año para aprender a como no rendirnos.
Todo es raro, parece una etapa de ese sueño o pesadilla del cual nos cuesta despertar. Parece irreal, estamos metidos en medio de un flan de realidad.
Muerte, muerte y más muerte marcan esta desastrosa unión de días y meses que llamaremos el peor año de todos. El inicio de una nueva era, de la modernidad donde se aplicó el ataque biológico que pronosticaban los ricos poderosos en el 2015.
Entre tanta confusión vemos como flota lo mejor y lo peor de nuestro mundo. Los rencores, las frustraciones, los estafadores, quienes lucran con el dolor, la enfermedad y la muerte. Nos podemos dar cuenta con facilidad de todo.
Nos tocó un año de elecciones políticas en EEUU, donde ya estaba todo muy raro desde hace años.
Estamos inmersos entre demagogia y populismo, entre políticos viejos de mañanas viejas con herramientas nuevas. De injusticia y descontrol en la justicia. Es obvio que la violencia se abra paso en medio de todo este remolino de realidades y situaciones económicas desfavorables.
Esta basura viscosa debe pasar, va a pasar. Y nos podremos levantar. Tratar de acostumbrarnos y ser leales a los fines de esos que crearon este virus sin control lo veo como la opción menos favorable para las próximas generaciones. Más bien, aunque sean poco útiles todos nuestros intentos de cuidarnos debemos hacerlo. Aunque quienes hacen la fechoría saben bien que tarde o temprano nos invadirá a todos su virus, tenemos que resistor.
Sin acostumbrarnos, sin adaptarnos al dolor y sin resignarnos a un futuro sombrío, debemos capturar lo mejor de todo esto para usarlo como herramientas positivas a futuro.
Es tiempo de ser inteligentes, de reflexionar, de resolver los enigmas de manera mental, actuando con astucia, bondad y sobre todo siendo empáticos con quienes van cayendo en el camino.
Vamos a salir, tendremos nuevos líderes, nuevos rumbos, las mismas ganas de brillar y creer. Saldremos y construiremos todo nuevamente, solo es cuestión de tiempo y conocimiento.
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