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Es difícil usar tanto algo sobre la nariz y la boca, pero aunque molesto, incómodo y hasta a irritante, tenemos que usarlo. Usemos estos cubrebocas todos a la vez. Esta situación es insoportable pero hay que trabajar en equipo. Es un tema que ya lleva meses y no se terminará si no colaboramos.


La resistencia es indudablemente algo muy fuerte, sino ya habríamos terminado con este pesar, esta época oscura. Tengo días buscando información sobre pandemias pasadas de las cuales aprender sobre duración, técnicas de mitigación y cifras finales de pérdidas humanas. Si hay mucho que aprender en épocas pasadas cercanas. Al parecer hay común denominador en algunas y factores de común causa y efecto. Los pocos cuidados de parte de la población, la tardía respuesta por parte de las autoridades sanitarias y los números que crecen rápido tanto en hospitalizaciones como en las defunciones.


Ni la modernidad ni los avances tecnológicos de la época parecen ser un factor diferencial a la hora de parar los contagios, tampoco la edad de los afectados parece ser un tema determinante. La cuestión de la condición física y salud de los enfermos sí.


Sea cual sea la historia o el presente hay cosas que no cambian. La resistencia a comprender lo que ocurre a tiempo, aunque estamos en una época de sobrecarga de información y medios tan poderosos como internet para estar al tanto de las noticias casi en tiempo real, LA RESISTENCIA HUMANA sigue siendo superior a los anticuerpos que pueda producir cualquier vacuna.


Somos inmunes al dolor de los otros, aunque quizás esa misma sobrecarga informativa que nos actualiza sobre muerte a cada hora la que nos hace peor aún. Porque en otras pandemias seguramente no se enteraban tan rápido de todo. Somos egoístas, porque no hay otra razón por la cual no entenderlo más rápido.


Quiero hacer una invitación más a la reflexión y a seguir las medidas de prevención que habrás escuchado 1000.000 de veces durante el 2020. Año que marcará una página en color negro en los libros de historia futuros.


Usemos el cubre bocas por la razón que sea, hasta por hartazgo, para tratar de combatir este maldito virus chino de una vez por todas. Porque la vacuna llegará pero no sabemos ni cómo ni cuándo. Mientras tanto los científicos luchan por las mutaciones y variedad del virus a la carta.


La lógica nos debe enseñar, las personas más vulnerables necesitan nuestra ayuda. La economía necesita nuestra colaboración. Cuando estemos en lugares públicos conviviendo con más gente, usémoslo, respetemos los protocolos sanitarios y dejemos de una vez por toda después de tantos meses de ignorarlo todo.


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